Las Hurdes, un bello rincón extremeño

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Al principio del siglo XX, la comarca de las Hurdes (Extremadura) era una tierra maldita, una de las  comarca más atrasadas del continente  europeo, con unos índices tremendos de enfermedades endémicas. Sin embargo, hoy en día  los hurdanos viven con desahogo y han transformado  los montes que antes los aislaban en reclamo turístico gracias a su trabajo.

La comarca de las Hurdes está compuesta por cinco municipios y 43 núcleos de población, cuatro de ellos ya  se encuentran despoblados. El primer pueblo descendiendo del puerto es la aldea de Las Mestas, la del tío Cirilo, el inventor del ciripolen, una especia de viagra rústico y singular, un chute energético a base de polen y miel.

Llegando a las Vegas de Coria, dejadas atrás  las aguas frías y piscícolas del río Hurdano que van camino del embalse de Gabriel y Galán, se alza  un olivar con un burro melancólico. Más adelante, dejando a la derecha la desviación de Cambrón y a la izquierda la de Cambroncino, el paisaje se espesa en pinar, mas  el viajero encuentra en ocasiones pañuelos de terreno roturado en los que quieren crecer unas filas de olivos y un pueblo denominado Camino Morisco a causa de  los moros que pasaban camino del destierro a tierras portuguesas.

En el próximo pueblo de Casar de Palomero, sobresalen  tres barrios que mantienen su esencia medieval:  Los barreros, judío; el Hanete, árabe; y la Ermita del Cordero, cristiano. Cruzando el río Arrago el camino continúa  hasta Gata por un valle olivarero y verde.

Luego, Gata cuenta con  una iglesia de San Pedro, al lado  de la fuente del Chorro, con su escudo de granito de los Reyes Católicos, y calles empedradadas y estrechas, y de casas antiguas.

El centro rural más sobreasliente  de la zona oriental de las Hurdes es Nuñomoral del que depende once alquerías. Una de las más bonitas y mejor conservadas es la llamada Casares de las Hurdes; otras son Casa Rubia, Huetre, Robledo, Heras y Carabusino.

Asimismo, en esta comarca llaman la atención varios ejemplos de petroglifos con símbolos mágico-religiosos, como en la Peña Rayá, la Sepultura de la Mora, Carrascales y fuente del Risco.

Finalmente, se deben visiar  las cuevas del Teso del Espinar, de Juntanos, de la Mora y de la Seta. Cerca de Casares recomiendo realizar  varias excursiones hasta alcanzar los picos de Rayado y Bodoya, así como el nacimiento del río Hurdano.