Solsona, una belleza catalana

Solsona es una bella ciudad de  la provincia de Lleida y es la capital de la comarca del Solsonés (Catalunya). Se halla a 98 kilómetros de Lleida y a 102 de Barcelona. El rey Felipe II le concedió el título de ciudad. La imagen de la Mare de Déu del Claustre, patrona de Solsona, es uno de sus mayores iconos.

Solsona, la Setelsis romana, la ciudad amurallada medieval con castillo y monasterio, tiene muchos atractivos para el visitante. Así,  cautivará y enganchará al turista que decide adentrarse en el corazón léridano.

Para acceder al casco antiguo se debe cruzar el Portal del Ponto (una de las tres puertas monumentales de la muralla). En primer lugar, se encuentra  una soberbia catedral (siglo X) de tres naves, con sus correspondientes ábsides y su campanario, todo románico salvo la nave central de estilo gótico.

El altar principal se dedica a la Asunción de María. A la izquierda del transepto se encuentra la antigua parroquia con un altar en homenaje al Sagrado Corazón de Jesús. A su lado, está la capilla de la Mare de Déu de la Mercè. A la derecha del transepto se venera a la Mare de Déu del Claustre, una imagen románica de piedra del siglo XII.  Es  la patrona de Solsona y una de las esculturas fundamentales  del románico catalán.

Junto a la catedral se alza el palacio episcopal (siglo XVIII) neoclásico que alberga un notable Museo Diocesano. Siguiendo el paseo, se atraviesa  la plaza Mayor y se ascienda  por la calle de Castell, donde está la torre municipal (la torres de les hores).

Luego, se pasa bajo un arco a la derecha de la torre y se llega  a  la plaza de San Juan, adornada con una fuente del siglo XV (la capilla es posterior). Por la calle Castell, se halla  el Ayuntamiento (siglo XVI)  y el Portal del Castell, otra reminiscencia de la antigua muralla.

Asimismo, en varias plaza sobresalen preciosas fuentes góticas. En la calle Lobera se pueden ver casas señoriales con vigas talladas. Incluso se contemplarán  las antiguas antorchas que iluminaban la ciudad antes de la llegada del gas y la electricidad. Por último,  hay que visitar el Museo del Cuchillo.