Una ruta por las marismas y las playas onubenses

Desde la desembocadura del río Guadiana, en la población  fronteriza lusa de Vila Real de San Antonio, hasta la del río Guadalquivir, en el  Parque Nacional de Doñana, la costa de Huelva abarca 120 kilómetros de playas, marismas y humedales.

Justo antes de su llegada al mar, el río Guadiana forma una infinidad de canales, meandros, caños y arenales que llegan a Isla Cristina, si bien antes ya se ha creado la amplia Isla Canela Ayamonte. El turismo en Isla Cristina sigue creciendo por sus playas, sus aguas transparentes y el enorme  valor del entorno dunar de las Marismas de Isla Cristina.

Por su lado, Isla Cristina Islantilla es un complejo turístico que comparte con la población de Lepe. En la ría del río Piedras al desembocar en el Atlántico, está El Rompido, una playa que sobresale por su soledad y sus notables  condiciones para practicar el surf.

Prosguiendo por la costa, se accede a El Portil, una soberbia playa de unos cuatro kilómetros que comparten las poblaciones de Cartaya y Punto Umbría. Esta localidad posee un puerto pesquero, un club naútico y varias instalaciones hoteleras, aparte de sus preciosos alrededores compuestos por la acción conjunta de los ríos Tinto y Odiel.

Más que por sus playas, las cercanías de Huelva cuentan con el atractivo de las marismas del Odiel, un parque natural que  es el segundo humedal de Andalucía. Al otro lado del río, se halla los Palos de la Frontera, en el que destaca el histórico monasterio de Santa María de la Rábida, y más al interior Moguer, donde sobresale el  convento de Santa Clara y la Casa-Museo de Juan Ramón Jiménez.

Las auténticas playas de Huelva arrancan en las de Mazagón, para luego continuar sin interrupción por la Playa de Castilla hasta Matalascanas y el Parque Nacional de Doñana, la reserva natural más grande de Europa. Antes y después del enclave turístico de Matalascañas hay  las playas vírgenes, sin servicios ni infraestructuras a las que se accede a pie.