La Comunidad de Madrid sorprende al viajero con sus preciosos parajes que permitan deleitarse con su naturaleza y alejarse por unas horas del bullicio de la capital de España. De vez en cuando, hay que pasear por la sierra madrileña. Una de las rutas más interesantes transcurre por la zona de Fuenfría en la sierra del Guadarrama.
Desde el visitado pueblo de Cercedilla se sigue una carretera que lleva a Las Dehesas, espacio natural dotado de las instalaciones propias de un área recreativa. Más adelante, se llega al Centro de Información donde existen folletos de itinerarios. En este lugar, la carretera se bifurca; por el ramal izquierdo se asciende a la pradera de Corralillos; y el ramal de la derecha conduce a los aparcamientos de Majavilán, punto de arranque de la mayor parte de las rutas.
Recomiendo pasear por la Calzada Romana. Se trata de una obra del siglo I que unía Titulcia con Segovia, pasando por la sierra de Guadarrama por el puerto de Fuenfría prosiguiendo el curso del río de la Venta, lo que obligó a los ingenieros romanos a levantar varios puentes que todavía subsisten, como el de Reajo, el de la Venta o los que forman parte de esta ruta, como el del Descalzo y el de Enmedio.
El itinerario anterior finaliza en el puerto de Fuenfría que permite dominar bellas panorámicas de la sierra. Desde la cima del puerto se puede volver por la carretera de la República o bien enlazar con las pistas de la vertiente segoviana que enfilan Valsaín.
Posiblemente la caminata más atractiva sea la que lleva hasta los miradores de los poetas, bien bajando por la carretera de la República desde el puerto o sin riesgo de pérdida, siguiendo la pista forestal que desde la pradera de los Corralillos enlaza con la carretera de la República, hasta llegar al mirador de Vicente Aleixandre, y continuando la senda de los poetas, jalonada por versos cincelados en las rocas, finalizar en el mirador-posada del poeta Luis Rosales.
Finalmente, hay que visitar a la pradera de Navarrulaque, al pie de Siete Picos, donde se alza el monumentos a los Primeros Caminantes de la Sierra y la fuente-refugio de Aurrulaque.