Fermoselle, una grata sopresa zamorana

Fermoselle es un bello pueblo de la provincia de Zamora (Castilla-León) ubicado cerca de la frontera con Portugal. Se trata de un enclave turístico de interés tanto por su patrimonio monumental como por su entorno paisajístico. Asimismo, es el punto de partida hacia uno de los Parques Naturales más desconocidos y preciosos de la península Ibérica: los Arribes del Duero, un cañón dibujado por el río en el límite de los dos países.

Las calles de Fermoselle invitan a pasear; empinadas cuestas en las que se asientan antiguas casas de piedra, en cuyas plantas bajas todavía  se conservan las bodegas que, durante siglos, han conservado el reputado vino del pueblo. Además,, Fermoselle ha sido declarado conjunto histórico-artístico.

Encaramada a un cerro y asomada a profundos bancales de viñedos, olivos y frutales, esta antigua ciudad fronteriza aparece coronada por su castillo, levantado en el siglo XIII, del que hoy en día apenas quedan ruinas. Desde el castillo se obtiene una magnífica panorámica  del cañón excavado por el río Duero.

El recorrido del casco antiguo puede arrancar en la Plaza Mayor, a la que se asoman las tradicionales fachadas de granito blanco. Enseguida, se descubre la  figura de la iglesia de la Asunción, de finales del siglo XII y remodelada en el siglo XVI, donde se pueden observar dos excelentes portadas románicas.

De la misma época es el convento de San Francisco, erigido sobre los restos de una iglesia románica y fundado en 1730. El edificio está siendo rehabilitado para acoger el Centro de Interpretacion del Parque Natural Arribes del Duero, una visita ineludible para conocer más a fondo la riqueza natural y culturla de esta comarca.

Por último, dos ermitas completan el patrimonio monumental de Fermoselle: la ermita de la Cruz y la de la Soledad. La primera aún conserva una ventana visigótica y estelas romanas; y la segunda, ubicada junto al cementerio, posee una puerta del siglo XIII y originales modillones que representan rostros humanos.