Biar, una sorpresa alicantina

biar-1

Biar es un bello pueblo ubicado en el interior de la provincia de Alicante, en la comarca del Alto Vinalopó (Comunidad Valenciana). Se halla a 62 kilómetros de Alicante y a 131 kiómetros de Valencia. Se trata de una localidad que conserva el encanto dejado por los árabes en sus empinadas calles que llevan al castillo. A su amparo destaca una trama urbana que no ha dejado huir la tranquilidad de un pueblo serrano inundado de frondosos pinares.

Además, Biar conserva un interesante conjunto histórico compuesto por su castillo, la iglesia de la Asunción, varias ermitas y otros edificios, así como el conjunto de su casco medieval. Asimismo, cuenta, con un notable patrimonio natural y paisajístico.

El casco antiguo conserva su genuino trazado árabe, del que participa casi toda la localidad. En el centro urbano, la iglesia de la Asunción (siglo XV) alberga en su interior la capilla de la Comunión, de estilo barroco; en tanto que su torre campanario se alza por encima de los tejados, expandiendo el sonido de sus ocho campanas por el valle.

Por la calle Luis Calpena se alza  el arco de la Puerta Real de Xátiva (siglo XIII), y en su parte superior la ermita de San Roque (siglo XIII). Al cruzar por el interior del arco, una indicación señala hacia el castillo árabe, construido en el siglo XII. Levantado sobre un peñasco a más de 750 metros de altura, posee un  doble recinto amurallado y una torre del homenaje.

A la bajada y en la misma plaza de la Constitución se puede visitar el Museo Etnográfico Municipal. Consta de 9 salas en las que se exhiben objetos relacionados con la historia, los oficios y las costumbres de Biar.

De regreso a la iglesia, la calle Mayor conduce hasta los jardines, donde el centenario plátano hace de su sombra uno de los lugares más concurridos del verano.

Por último, de aquí parte el camino de la Virgen, que pasa junto al pozo de la Nieve (siglo XVIII), antes de finalizr en el santuario de la Virgen de Gracia (siglo XVIII). Enclavado en plena naturaleza, hay que fijarse en la fachada neoclásica y el camarín donde está  la patrona de Biar.