Enclavada en pleno poniente granadino, Loja fue llamada “la flor entre espinas” por Isabel la Católica, refiriéndose a las maravillas de que goza esta tierra rodeada de escarpadas y singulares montañas. Loja es guardiana de las riquezas de la vega del Genil (Granada), de las campiñas moteadas de olivos y de las serranías que la rodena. Un lugar para visitar, conocer y disfrutar.
De Loja se desprende un original estilo andalusí en el que sobresale un notable patrimonio histórico-artístico y unos alrededores rebosantes de bella naturaleza, además ha sido cuna de ilustres hijos como Ibn-al-Jatib, sobresaliente político y escritor del medievo, y Narváez, ministro durante el reinado de Isabel II en el siglo XIX.
Visitar Loja significa pasear por las estrechas calles árabes del barrio de la alcazaba, conocer las iglesias de gran monumentalidad y disfrutar de su sabrosa repostería.
Accediendo a Loja por la calle Rafael Pérez del Alamo, se llega a la plaza de San Gabriel y a la la iglesia del mismo nombre, uno de los monumentos destacadas de este enclave granadino. Desde aquí se puede subir hasta la plaza del Mercado, donde están la antigua puerta de Jauffin y el pósito.
En la plaza de la Constitución hay que fijarse en la fuente de los cuatro caños, la biblioteca municipal y la estatuta del General Narváez. Esta plaza entronca con el barrio árbe, coronado por la alcazaba, de origen árabe.
Además, hay que visitar el mirador arqueológico de la alcazaba desde el que se disfruta de una bella perspectiva del extremo norte de Loja. Aquí se halla el caserón de los Alcaides Cristianos, notable edificio de la época de la reconquista.
Por otro lado, el barrio que se extiende a los pies de la alcazaba es ideal para disfruta de un paseo tranquilo. Evocadoras calles como Boadbil o Jaufín hacen muy agradable el paseo por el viejo barrio.
Finalmente, hayque ver la bonita fuente de los 25 caños, el convento de Santa Clara, la iglesia Mayor de la Encarnación, el palacio de Narváez y el desfiladero de Los Infiernos.