Además de conocer su patrimonio artístico, cultural y monumental, se puede disfrutar de la gastronomía de Granada. Así, el tapeo es una tradición muy popular en esta bella ciudad andaluza tanto que para un granadino resulta inconcible pedir una consumición en un bar y que no te sirvan una tapa en el mismo instante.
Si uno está por el Albaycín, el barrio más emblemático de Granada, debe acudir a El Huerto de Juan Ranas (Callejón de la Atarazana); no es propiamente un bar de tapas sino más bien un restaurante donde se pueden compatir sabrosas raciones en tanto se contempla Alhambra. Sobresalen las berenjenas con miel y las croquetas de perdiz.
En el paseo de Los Tristes y en la carrera del Darro existen varios locales de interés. Uno de los más destacados es Rabo de Nube en el que hay que probar el salpicón de marisco, los pimientos del piquillo rellenos de salmón, merluza, gambas y bacalao. Muy cerca en la calle Elvira destacan varios bares como La Antigualla, Bodega Castañeda y el Pescador.
En la plaza Nueva, recomiendo vistiar La Hacienda Plaza, un bar con un espléndido surtido de tapas que se sirven en un tabla gigante al estilo de los pintxos vascos. Cerca de la Capilla Real, se encuentra el Bar Sevilla (Oficios) con 80 años de historia y con tapas sublimes.
En el Realejo, el barrio que era la antigua Judería, se halla el Campo del Príncipe, una gran plaza peatonal llena de torres con terraza. Bajando hacia la plaza de Bib-Rambla, se divisa el Bar Alhambra, fundado en 1890, es uno de los pocos en los que las tapas se pagan aparte debido a que son bastantes garndwes.
Por último, junto al Museo Casa de Los Tiros, en la plaza de Fortuny, dstaca La Borraja que es un espacio gastronómico con un diseño moderno y rompedor; hay que probar el paté de rapé con canónigos, nueces y pan especiado.
