Villafranca del Bierzo, conocida como “la pequeña Compostela”, es la capital histórica de la comarca del Bierzo. Se encuentra a 29 kilómetros de Ponferrada, 138 de León y 405 de Madrid. Además, es uno de los municipios leoneses en los que se habla gallego.
La villa surgio a expensas del Camino Jacobeo, en torno a un monasterio cisterciense que se fundó durante el reinado de Alfonso VI (siglo XI). Los monjes eran de origen francés, de ahí el topónimo, vico francorum, pueblo de francos, y ayudaban a los peregrinos de su nacionalidad. Villafranca del Bierzo suponía una etapa decisiva en el camino de Santiago: era la escala preliminar al acceso a las tierras gallegas.
La visita arranca en la iglesia de Santiago, un templo románico (siglo XII), con simple esquema de nave única rematada por ábside semicircular. La portada norte es llamada la Puerta del Perdón. Se llama así por la gracia donada a este templo por el papa Calixto II: el peregrino que llegare hasta aquí y no pudiera continuar por impedimento físico, su andadura hasta Compostela, recibirá idéntica indulgencia a la que hubiera obtenido de haber alcanzado la tumba del Apóstol.
Otros edificios religiosos interesantes son la iglesia de San Francisco que es lo único que permanece en pie del convento franciscano del siglo XX y la colegiata de Santa María de Cluniaco que está asociada a los monjes franceses de Cluny.
Después, se puede pasear por el casco histórico de Villafranca del Bierzo. Irradia en torno a la calle del Agua, que está inserta en el Camino de Santiago. Se conservan en la vieja Villafranca numerosas calles, plazas y rincones típicos. Hay que detenerse en la plaza Mayor, colateral a la calle del Agua. En sus proximidades se encuentra el ayuntamiento (siglo XIX).
Finalmente, se puede completar la visita con el Castillo-Palacio de los Marqueses de Villafranca y el Museo de Ciencias Naturales.