Desde Bilbao, la costa posee, además unos paisajes marineros de enorme belleza, varios puertos pesqueros con singular encanto. En la margen oriental de la desembocadura de la ría, Getxo ofrece desde su campo de golf, cruzado por el paseo Marítimo, una formidable perspectiva sobre la sal y los puertos de Portugalete y Santurzi.
Desde Bakio, una ciudad vacacional con una preciosa playa, una carretera con cornisa sobre el mar lleva hasta el faro de Machichaco. Se contempla un magnífico panorama desde el mirador ubicado sobre el peñón de San Juan de Gaztelugache.
Bermeo sobresale como el principal puerto de la cornisa cantábrica en pesca de bajura. Allí hay que fijarse en el Museo de la Pesca y el Centro de Interpretación de la Ballena en el Aita Guria, un antiguo ballenero de vela.
Desde Bermeo se llega a Gernika, ciudad bombardeada durante la Guerra Civil Allí sobresale el árbol de Gernika, el roble símbolo de las libertades vascas. De vuelta al Cantábrico, se accede a Elantoxobe, un pueblo marinero con un notable puerto pesquero protegido por el cabo Ogoño. También destaca la iglesia de San Nicolás de Bari.
Al lado, se halla el pequeño puerto de Eas, tras el que surge la ciudad de Lekeitio. Se encuentra en una bahía protegida por la isla de San Nicolás y cuenta con un puerto y dos turísticas playas. Además, hay que contemplar la iglesia de Santa María de la Asunción y dos torres, Licona y Turpin.
La ruta sigue hasta Ondarroa, uno de los pueblos más bonitos de España que cuenta un precioso casco histórico medieval volcado al mar. Resulta ineludible la visita al puerto pesquero de Egidazu Kaia.
Finalmente, en Ondarroa, podemos contemplar varias iglesias interesantes como la de Santa María y la de la Virgen de la Antigua, así como las ermitas de San Juan y Santa Clara.
Por lo tanto, os recomiendo visitar la costa vizcaína aprovechando el buen tiempo de este verano. Un lugar más que recomendable. De los que uno repite cuando lo conoce.