Mota del Cuervo, un icono manchego

mota del cuervo

A solamente 15 kilómetros de Belmonte, Mota del Cuervo es conocida con el sobrenombre de “El Balcón de la Mancha” desde donde se puede disfrutar de un espléndida panorámica de los molinos de viento y de las tierras de la Mancha. Con posibles orígenes visigóticos y árabes, en n el año 1250 los cristianos se asentaron en la comarca  y pasó a pertenecer a la Orden de Santiago.

Mota de Cuervo es famosa por su artesanía de cerámica blanca de influencia árabe, realizada tradicionalmente por mujeres en el barrio de los alfareros llamado Las Canteras o El Arrabal. También sobresalen los vinos a los que se ha dado el nombre de “Zagarrón”, nombre procedente de un paraje de la villa.

En la parte más alta del pueblo se hallan los célebres molinos de viento que colocan a la población en la ruta de Don Quijote. Solamente se conserva un molino antiguo, junto a otros seis de construcción moderna, son los gigantes quijotescos que vigilan y guardan este pueblo manchego.

En el pueblo se tiene que visitar la plaza de Cervantes con bastantes casas señoriales de los siglos XVII, XVIII y XIX, sobresaliendo la casa del Conde Campillos, la casa del Obispo Fray Alonso Cano y la casa de la Inquisión.

Por otra parte, llaman la atención la iglesia de San Miguel Arcángel, el edificio más sobresaliente de Mota del Cuevo. Fue erigida en los siglos XVI y XVII, consta de tres naves con coro en el piecero y dos capillas a la cabeza de la iglesia.  Es una magnífica mezcla de estilos gótico y mudéjar, y conserva una pila bautismal barroca.

Por último, se debe visitar el antiguo Convento de las Trinitarias, del que sólo se mantiene en pie el claustro; el antiguo Hospital de los Pobres, edificio del siglo XVII; la ermita de Santa Ana, levantada  en la misma centuria, con planta de cruz latina y bóveda de cañón; el Monumento al Manchego; el puente romano en la sierra monteña; y la ermita de Manjavacas.