La provincia de Cuenca (Castilla-La Mancha) no es muy conocida, pero tiene auténticas joyas que merece la pena visitar. Una de ella es Priego, un pueblo que se halla a 58 kilómetros de Cuenca y 183 kilómetros de Madrid. Os recomiendo visitarlo en una jornada.
El pueblo natal de Luis Ocaña (ganador del Tour de Francia en 1973 como su triunfo más destacado) debe su fama a un glorioso pasado y al origen nobiliario de varias de sus calles. Hoy en día, Priego vive de la artesanía, la agricultura, el turismo, la cerámica y el mimbre.
La visita a Priego se reliza en torno a la Plaza Mayor y sus calles adyacentes, donde destacan la parroquia de San Nicolás de Bari y el Ayuntamiento. Adeamás, hay que disfrutar con la belleza de las proximidades de este pueblo castellano-manchego.
En la plaza de los Condes de Priego está el Ayuntamiento, construido en el siglo XVI, que cuenta con una interesante fachada de tres cuerpos. Por otra parte, sobrseale la iglesia parroquial de San Nicolás de Bari. Erigida en el siglo XIII y restaurada en el siglo XIX después de padecer un incendio durante las guerras carlistas. Tiene una torre cuadrada, varios notables altares y la capilla de los Condes de Palacio.
Si uno pasea por Priego verá un amplio número de casonas blasonadas del siglo XVII que presentan bellas rejerías, lo que desmuestra que Priego gozó de un enorme esplendor. Destacan la casa de la Inquisición, la casa de Pareja y la casa de los Juzgados. Asimismo, en el lado occidental de la villa se mantiene en pie el torreón de Despeñaperros, vestigio de la antigua muralla.
Por último, hay que visitar varios lugares de los alrededores de Priego., Por la carretera de Cañamares sale una pista que lleva al convento de San Miguel de Las Victorias. Además, en la carretera de Alcantud se hallan las ruinas del convento del Rosal.Finalmente entre la presa de los Bardeles y por el propio pueblo se ubica el estrecho de Priego, profunda hoz que nos dejará maravillados por su belleza natural.