El barrio gótico de Barcelona es uno de los lugares más bonitos de la capital de Cataluña. Una visita ineludible en cualquier viaje a esta ciudad mediterránea. Pasear por sus calles, sus plazas, visitar sus monumentos y sentir su ritmo de vida es una experienciam maravillosa.
La visita comienza en la sublime Catedral, el templo catedralicio de Barcelona y está considerada uno de los máximos ejemplos del gótico levantino. Sus obras se iniciaron en 1298 y se concluyeron en 1913 con la fachada principal y las torres laterales. En su interior, sobersalen el coro, las capillas, el claustro, los sepulcros, la sala capitular y el Museu de la Catedral.
Junto a la Catedral se levanta la Casa de l’Ardiaca, sede del Institut Municipal d’Historia que acoge el Archivo Histórico de Barcelona. En el extremo norte de la Catedral, se alza el Palau Reial Major, un conjunto arquitectónico que desde el siglo IX fue la residencia de los condes de Barcelona. Frente a él, se contemplar el Palau del Lloctinent.
Desde la Catedral, por el Carrer del Bisbe Irurita, se accede hasta la plaça de Sant Jaume, emblemático sitio barcelonés que enfrenta a los edificios del Ayuntamiento y la Generalitat.
Al otro lado de la Vía Laietana, en el passeig d’Isabel II, se encuentra la Llotja, lonja de la ciudad desde la etapa de su construcción (siglo XIV). Hoy en día, solo se conserva un salón gótico; el resto es una obra neoclásica de 1802.
Al lado se halla el Gobierno Civil, que ocupa el edificio neoclásico de la antigua aduana. A la izquierda, en una diminuta plaza, se alza la basílica de Santa María del Mar, un excelente ejemplo del gótico catalán del siglo XIV.
Por último, en la cercana placeta de Montcada, desemboca la calle Montcada, una de mayor importancia artística de Barcelona. En esta calle se sitúan la casa Dalmases, la casa Cervelló,el Museu Picasso y el Palau dels Marquesos de Llió.
