Santa María del Mar, ubicada en Barcelona, es posiblemente la más bella iglesia gótica española, e incluso en algunos aspectos, una joya única del gótico europeo. No se trata de compararla con las grandes catedrales francesas, como Chartres o Reims, que abruman por sus proporciones y su luminosidad, pero Santa María del Mar no es superada por su pureza de líneas y su ciencia constructiva.
Segun la tradición en la necrópolis romana sobre la que se alza la iglesia fue enterrada Santa Eulalia. Un documento de 918 cita una basílica que estaba en el camino al mar. Durante los siglos XI y XII armadores, mercaderes y descargadores levantaron sus casas cerca del templo y los nobles construyeron palacios en la próxima calle Montcada.
Se precisaba una iglesia más grande. De este modo, por iniciativa del canónigo Bernardo Llul, arrancó la construcción en 1329 de la mano del arquitecto Berenguer de Montagut, ayudado por Ramón Despuig. En agosto de 1384, el obispo Pedro Planella consagró el templo a la Virgen y se celebró la primera misa.
Tres incendios pusieron en serio peligro la supervivencia del templo: en 1378, antes de su remate; en 1714, durante el sitio de Barcelona durante la Guerra de Sucesión; y en 1936 al estallar la Guerra Civil española. En los últimos tiempos, la catedral ha sido reconstruida totalmente y se la ha dotado de un sistema de iluminación que magnifica su grandeza
La fachada principal está decorada con las imágenes de San Pedro y San Pablo, con un espléndido rosetón de estilo gótico flamígero del siglo XV. En la fachada de la calle Santa María destacan las gárgolas de los contrafuertes, el reverso de las vidrieras y sus monumentales dimensiones.
Su interior es el perfecto ejemplo del gótico catalán merced su amplitud de formas y la austeridad decorativa. Tiene tres naves de gran altura separadas por altas columnas y su armonía consiste en que las naves laterales miden la mitad exacta que la central y la anchura total del conjunto es igual a la altura de las naves laterales.
En resumen, si uno viaja a Barcelona, debe visitar esta catedral. Nunca la olvidará. Es un lugar que atrapa, que llega, que cautiva.
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