Mutriku, un bello enclave vasco

Prácticamente colgado del acantilado, este bello y apacible pueblo marinero le debe su fama  a su puerto, uno de los más antiguos de Guipúzcoa. En otro tiempo, Mutriku fue refugio de una notable flota que, tras las sucesivas crisis, ha quedado reducida a unos pocos barcos.

Hoy en día, desaparecida casi también la industria conservera, Mutriku se ha convertido en una tranquila localidad que recibe gustosa al visitante y que busca que el turismo sea su motor de desarrollo. Mutriku tiene un casco urbano notable y un paraje natural privilegiado, del que la playa de Saturrarán es el mejor ejemplo.

El centro de esta localidad vasca es la plaza de Churruca, popular héroe local, a la que se accede desde la carretera Deva-Ondarroa. Desde este punto todo es bajada y todo conduce al puerto, con un recorrido magnífico que descubre lo mejor del patriomonio artístico.

En la plaza sobresale el edificio del Ayuntamiento, al que se considera modelo de casa consistorial vasca por los variados registros decorativos de sus pisos, y la casa de Galdona (siglo XVII) edificio en piedra de sillería. Sin terminar de encajar en el conjunto, en la plaza  se encuentran la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, de estilo neoclásico y con un lienzo atribuido a Zurbarán en su interior, y una estatua dedicada al general Churruca, fallecido durante  la batalla de Trafalgar.

Cuesta abajo por la calle de Conde de Mutriku, está la casa natal de Churruca o palacio del Conde de Mutriku (siglo XVIII). Más adelante, en la calle Atxintxin y siguiendo por la de Mikolla, se accede a la ermita de Calvario, después de  un agradable paseo bordeado de bancos que permite ver el puerto y la costa.

Asimismo, hay que fijarse  en el palacio de Zabiel, la casa de Olazarra-Mizkia, la casa de Montalivet y la torre gótica de Berritua, el edificio más antiguo de Mutriku.  Finalmente, la playa de Saturrarán, la mejor de la comarca, se halla  a pocos kilómetros de Mutriku, en la carretera de Ondarroa.