Casares, una maravilla malacitana

Casares es un bello pueblo blanco del interior de la provincia de Málaga y ubicado  en el límite con la provincia de Cádiz, en la Costa del Sol (Andalucía). Se trata de un típico pueblo blanco andaluz, de calles estrechas, sinuosas y empinadas y casas encaladas. Además, aquí nació Blas Infante.

Casares está  a 111 kilómetros de Málaga y a 22 kilómetros de Estepona. En días de sol, hay que  hacer un alto en la carretera antes de llegar al pueblo y observar el magnífico paisaje del pueblo blanco y brillante, rodeado de una vegetación de un verde profundo.

Casares es un abigarrado entramado de casas blancas que constratan claramente  con el color rojizo de los tejados y que se escalonan sobre la ladera de la montaña, coronadas por lo que queda de la antigua fortaleza árabe y la silueta de la iglesia. El mayor  atractivo del pueblo es el casco urbano, de origen musulmán y es un  Conjunto Histórico Artístico.

La Fortaleza Arabe es la parte más alta de la población.  La plaza de la Villa sube hacia la antigua fortaleza árabe, erigida en el siglo XIII, a la que se accede por una puerta en recodo, la puerta de la Villa. En su interior se mantienen las ruinas de la antigua iglesia de la Encarnación, construida en 1505 y destruida durante la Guerra Civil española. Junto a la iglesia se encuentran los vestigios de la ermita de la Vera Cruz.

Descendiendo de la fortaleza por el lado opuesto se atraviesa el segundo acceso del recinto, la Puerta de Arrabal que comunica con las inmediaciones de la plaza de España (en su centro se alza  una fuente de Carlos III). Desde allí, la calle Fuente conduce hasta la actual iglesia de la Encarnación, que pertenece al antiguo convento de capuchinos, que fue levantada en 1630.

Por último, la visita a este pueblo andaluza se puede  completar con la iglesia de San Sebastián, el puente acueducto de los baños, los molinos harineros, la Casa-Museo de Blas Infante y el Museo de Etnohistoria.