San Pedro Manrique, una tradición soriana

San Pedro Manrique es un pueblo ubicado al noroeste de la provincia de Soria (Castilla-León). Forma parte de las Tierras Altas de Soria y se halla a 42 kilómetros de la capital soriana. Se trata de unos pueblos más bellos sorianos  y es bastante famoso  debido a su popular Paso del Fuego en el día de San Juan.

Al igual que el resto de las poblaciones de las Tierras Altas de Soria, conoció su momento de mayor esplendor durante el auge de la Mesta. En este tiempo consolidó su estructura urbana y se levantaron algunos de sus edificios más importantes.

Actualmente, un paseo por sus calles aún permite descubrir importantes testimonios de los tiempos de la Mesta. En lo alto, las ruinas del castillo de los Manrique, los restos del la iglesia gótica de San Miguel y la ermita de la Virgen de la Peña.

En torno a la localidad,  sobresalen algunos lienzos de la muralla que la encosertó y tres de sus puertas, y ya en el interior, la iglesia de San Martín y un cumplido muestrario de casas solariegas, plazuelas y rincones entrañables. Además, destaca  la iglesia de San Martín que alberga dos de los restos arquitectónicos más antiguos de la villa: la portada románica del primitivo templo sobre el que se levantó el actual y una pila bautismal prerrománica.

Desde San Martín siguiendo por la calle Mayor se llega hasta la Plazuela. De una de sus esquinas arranca la empinada calle de la Virgen que  conduce hasta la ermita de la Virgen de la Peña, epicentro de la conocida fiesta del Paso del Fuego, ancestral celebración que ha hecho a esta población mundialmente famosa.

En El Paso del Fuego, cada noche de San Juan miles de personas asisten a uno de los ritos más antiguos de España. El paseo que, sin quemarse, se hace sobre una alfombra de ascuas ardientes ante el público asistente, reunido en el coso que se abre a los pies de la ermita de la Virgen de la Peña.

El rito es presidido por las tres móndidas, jóvenes solteras ataviadas a la manera tradicional. El festejo sigue al día siguiente con La Descubierta, la comotiva municipal que, a caballo, recorre las murallas y la dehesa mientras las móndidas salen a su encuentro llevando sobre la cabeza unos típicos cestos oferentes.