Paseando por Puerto Viejo de Barcelona

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Desde 1992, el Puerto Viejo se ha transformado en una elegante y moderna zona de ocio en Barcelona (Cataluña). Hoy en día, se pueden admirar los lujosos yates y catamaranes atracados en el Moll d’Espnanya (muelle de España), caminando por el puerto deportivo o al cruzar el nuevo puente peatonal giratorio de hecho de delgadas planchas de madera y con una barandilla ondulante conocido como la Rambla de Mar, una prolongación de Las Ramblas.

Al final del Moll d’Espanya, el Maremágnum, un flamante complejo de aluminio y cristal plano diseñado por los polémicos arquitectos catalanes Piñón y Vilaplana, alberga tiendas, bares, restaurantes y un cine multisalas.

Desde el extremo del muelle se puede admirar la mole circular del World Trade Center. Por último, en la parte baja del viejo puerto, hoy una zona de copas muy en boga, en la que se pueden encontrar modernos locales nocturnos para bailar toda la noche.

Otra alternativa es ver el puerto desde las alturas tomando el funicular que une la torre de Sant Sebastia (Barceloneta) con la montaña de Montjuïc (mirador), pasando por la torre de Jaume I, en el Moll de Barcelona, o embarcar en los pequeños barcos de doble piso, conocidos como golondrinas, que permiten disfrutar de un breve recorrido por el puerto y a lo largo de la costa.

Luego, se puede acudir al Aquarium de Barcelona. Los 21 miniacurios situados en el piso inferior de este ultramoderno edificio recrean el entorno de los diferentes hábitats marinos, desde el cercano delta del Ebro hasta la Gran Barrera de Coral australiana, pasando por el mar Rojo y los arrecifes coralinos de Hawai.

Su atracción principal es un túnel de vidrio de 80 metros con una pasarela móvil que se sumerge en el silencioso universo del Oceanarum, donde los tiburones y las mantas rayas campean a sus anchas por encima del visitante.